CELEBRAR Y VIVIR LA LITURGIA ES UN ARTE
PARROQUIA "SAN MARTÍN DE O GROVE"
CELEBRAR Y VIVIR LA LITURGIA ES UN ARTE
A veces podemos relacionar la liturgia con un conjunto
de cosas que hay que hacer, o unas rúbricas por cumplir,
o con participar de una determinada manera en una
celebración, asintiendo a todo aquello que va recitando
el sacerdote… Pero la liturgia va mucho más allá.
De la misma manera que cuando contemplamos un
cuadro o escuchamos una pieza musical, si la observamos detenidamente, descubrimos una serie de formas
y armonías que la hacen atrayente e incluso llegan a tocar nuestro corazón, así sucede también con la liturgia.
El objetivo de la liturgia es facilitar el encuentro de la
persona con Dios, y esto a través de los sacramentos,
de la Eucaristía, de la Palabra, de las diversas celebraciones que nos unen, en comunidad, como Pueblo de
Dios, ante su presencia. Y cuando analizamos estos
momentos también encontramos a Dios, a Él que es la
máxima Belleza.
Como hemos dicho, el ars celebrandi, la celebración
litúrgica, no es un rito a cumplir o algo externo que
no nos afecte. El ars celebrandi tiene un contenido
muy claro e importante –el amor que Dios nos tiene
manifestado en el misterio pascual de Jesús– y no
podemos participar ni vivir una celebración olvidando esta realidad fundamental. Entonces sería un rito
vacío y sin sentido. Celebramos lo que creemos y lo
que creemos ¡es muy grande e importante!
La celebración litúrgica reclama nuestra participación
activa interna y externa. Celebrar el misterio de Dios
nos sitúa en una actitud de reverencia, de respeto,
de veneración, de apertura y plegaria confiada… Y a
la vez nos pide poner en juego todo nuestro ser, los
cinco sentidos, nuestras capacidades. Y a través de
cantos adecuados, de lecturas bien proclamadas, de
gestos sencillos pero llenos de vida y contenido, de
diálogos y silencios, de ritos y oraciones, acceder a
este misterio de Dios que se nos revela, una vez más,
de forma generosa y gratuita. El equipo de liturgia
puede ser de una gran ayuda para preparar con mimo
la celebración y facilitar esta armonía que nos ayuda a
relacionarnos con Dios.
La belleza de la celebración litúrgica, participar en ella
desde la realidad quizás humilde pero auténtica de
nuestras comunidades y parroquias, ofreciendo lo que
somos y tenemos a Dios con sinceridad de corazón,
desde la alabanza y la acción de gracias, con sentido
de fiesta y alegría por celebrar y actualizar la Pascua
del Señor, en comunión con la asamblea celeste, es un
arte, el arte de hacer presente y vivir ya aquí en la tierra
aquello a lo que estamos llamados a vivir eternamente.
Para trabajar en grupo:
– Nuestras celebraciones ¿nos ayudan a encontrar a Dios? ¿Por qué? ¿Qué podemos hacer para mejorar?
– Nuestras celebraciones ¿expresan nuestra fe? (Por ejemplo, la celebración de la Eucaristía ¿manifiesta
la alegría de sabernos pueblo redimido y amado por Dios en Jesús?) ¿Qué podemos hacer para que
realmente manifiesten aquello que creemos?
– Pensando en nuestra comunidad o parroquia en particular, ¿de qué manera podemos participar de forma
activa y concreta en la celebración? ¿Quiero participar o prefiero no implicarme?
Natàlia Aldana, Monasterio de Sant Benet de Montserrat - Revista: Galilea.153
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